Pronunciación:
/ðə ˈneɪˌseɪəz/
Este
es un término autoexplicativo, porque viene de “nay”, que es una forma arcaica de decir “no”, como nuestro “nanai”
o “nanai de la China”, y de “sayer”,
que es la “persona que dice algo”. Por lógica, “naysayer” será la persona que dice no a algo, y se aplica a esa
gente que es negativa por naturaleza y que todo lo que sale de su boca son
expresiones como “eso es imposible”, “es una tontería como un piano”, “no va a
funcionar”, o “es una pérdida de tiempo”.
El
“naysayer” es la persona que cuando
tienes una buena idea que quieres poner a prueba o cuando tienes un sueño en la
vida, viene y te intenta convencer de que no merece la pena intentarlo porque
vas a fracasar y no tienes ninguna posibilidad de éxito. Para el “naysayer”
da igual que algo tenga posibilidades reales de éxito, o incluso que esté
funcionando, siempre va a encontrar unas palabras negativas para tratar de
disuadirnos de que sigamos intentándolo.
El
“naysayer” es ese familiar que nunca
creyó en ti cuando soñabas con ir a la universidad y acabar siendo un
científico de nombre, y que te insistía en quedarte en el pueblo ayudando en el
taller de tocadiscos de tu tío. También es ese compañero de trabajo que en
cuanto propones una iniciativa para aumentar las ventas se pone a insistir en
que eso es una tontería y es mejor seguir haciendo las cosas como siempre.
Ejemplo de uso: “He
ignored the naysayers and succeeded with his idea.” (“Ignoró a la gente
negativa y tuvo éxito con su idea.”)
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