- "Ecocide" ... ("Crimen
contra el medioambiente”)
El medioambiente (“environment”) está claramente amenazada por la contaminación (“pollution”), el uso intensivo de los recursos naturales (“natural resource”) y por el consumo excesivo del sushi en Japón que amenaza con extinguir especies animales como el atún enlatado y los palitos de merluza.
Hasta cierto momento era posible quemar bosques, cazar especies protegidas (“endangered species”) y traficar con la cera de oreja sin miedo a que las autoridades hicieran nada y solo los ecologistas (“environmentalists”) hicieran algo para oponerse a este tipo de crímenes.
Afortunadamente he llegado un momento en el que las acciones que dañaran el medioambiente pasaran a ser tipificados como crímenes y los culpables pasaran a manos de la justicia y pudieran acaban en la cárcel con cariñosos compañeros de celda que les harían arrepentirse de esta falta de respeto hacia la Madre Tierra (“Mother Earth”). Para denominar a este tipo de crímenes se inventó el término “ecocide”, donde “-cide” es un sufijo que se usa para indicar que algo mata (“infanticide”, “genocide” e incluso “insecticide”) y se le ha puesto delante “eco-” que es el prefijo que se usa para indicar que algo es ecológico o en armonía con la naturaleza.
Desde entonces las grandes empresas contaminantes no han tenido otro remedio que hacer que sus medios de producción sean más respetuosos con el medio ambiente (“environmentally friendly”) o maquillar sus operaciones haciendo parecer que son más ecológicas sin serlo, en lo que se conoce como “greenwashing” con campañas publicitarias que intentan convencernos de que un poco de plutonio en un campo de nabos contribuye a que estos crezcan con más vigor, o que los vertidos químicos en un río son metabolizados como vitaminas por los cangrejos.
Ejemplo: “"Their crime is nothing less than attempted ecocide.” (“Su crimen es nada menos que un intento de crimen contra el medio ambiente."“)
El medioambiente (“environment”) está claramente amenazada por la contaminación (“pollution”), el uso intensivo de los recursos naturales (“natural resource”) y por el consumo excesivo del sushi en Japón que amenaza con extinguir especies animales como el atún enlatado y los palitos de merluza.
Hasta cierto momento era posible quemar bosques, cazar especies protegidas (“endangered species”) y traficar con la cera de oreja sin miedo a que las autoridades hicieran nada y solo los ecologistas (“environmentalists”) hicieran algo para oponerse a este tipo de crímenes.
Afortunadamente he llegado un momento en el que las acciones que dañaran el medioambiente pasaran a ser tipificados como crímenes y los culpables pasaran a manos de la justicia y pudieran acaban en la cárcel con cariñosos compañeros de celda que les harían arrepentirse de esta falta de respeto hacia la Madre Tierra (“Mother Earth”). Para denominar a este tipo de crímenes se inventó el término “ecocide”, donde “-cide” es un sufijo que se usa para indicar que algo mata (“infanticide”, “genocide” e incluso “insecticide”) y se le ha puesto delante “eco-” que es el prefijo que se usa para indicar que algo es ecológico o en armonía con la naturaleza.
Desde entonces las grandes empresas contaminantes no han tenido otro remedio que hacer que sus medios de producción sean más respetuosos con el medio ambiente (“environmentally friendly”) o maquillar sus operaciones haciendo parecer que son más ecológicas sin serlo, en lo que se conoce como “greenwashing” con campañas publicitarias que intentan convencernos de que un poco de plutonio en un campo de nabos contribuye a que estos crezcan con más vigor, o que los vertidos químicos en un río son metabolizados como vitaminas por los cangrejos.
Ejemplo: “"Their crime is nothing less than attempted ecocide.” (“Su crimen es nada menos que un intento de crimen contra el medio ambiente."“)
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