- "Prospect" ... ("Posible
cliente”)
Pronunciación: /ˈprɒspɛkt/
A la gente a la que una empresa le saca dinero se les llama “clientes”, lo
que en inglés se dice con dos término: “Customer”, cuando lo que se le
hace es venderle un producto como compresas con cámara de aire o bizcochos de
albaricoque con nicotina, y “client”, cuando lo que se le vende es un
servicio como asesoramiento jurídico, o incluso un seguro de vida que solo
puede llegar a cobrar si le cae un meteorito con luna llena en año bisiesto,
tal y como indica la letra pequeña ("small print") de la
póliza que ha firmado sin mirar.
De todos modos los clientes solo son interesantes hasta que se les ha exprimido hasta la última gota (“to milk”, sí, como a la vaca a la que se le saca la leche), por eso se ha inventado el concepto de “prospect” o “prospect customer” que sería un posible cliente o cliente hipotético al que hay que convencer de que compre nuestro producto y no el de la competencia (“competitors”).
El concepto de “prospect” cubre:
- Potenciales compradores que no han oído hablar de nuestra empresa. A estos se les intenta machacar con mucha propaganda en sus buzones (esos horribles “leaflets” o “flyers” que meten en nuestro buzón), o con llamadas de teleoperadores a las tres de la mañana cuando el posible cliente intenta mantener sexo con una sandía puesta al sol a calentar.
- Compradores que saben que existimos, pero aún no han probado nuestros productos. A estos se les suelen mandar muestras gratuitas (“free samples”) excepto si lo que se venden son servicios funerarios, porque sería una muestra de mal gusto.
- Clientes que compraron productos nuestros, pero luego se pasaron a otras marcas. Para convencer a estos se le manda al becario (“intern” o “trainee”) porque si le pegan una paliza al recordar los daños graves que les produjo nuestro producto, no hace falta pagarle indemnización.
Ejemplo de uso: “Salesmen use various techniques to locate prospects for their products.” (“Los vendedores usan varias técnicas para localizar posibles clientes para sus productos.”)
De todos modos los clientes solo son interesantes hasta que se les ha exprimido hasta la última gota (“to milk”, sí, como a la vaca a la que se le saca la leche), por eso se ha inventado el concepto de “prospect” o “prospect customer” que sería un posible cliente o cliente hipotético al que hay que convencer de que compre nuestro producto y no el de la competencia (“competitors”).
El concepto de “prospect” cubre:
- Potenciales compradores que no han oído hablar de nuestra empresa. A estos se les intenta machacar con mucha propaganda en sus buzones (esos horribles “leaflets” o “flyers” que meten en nuestro buzón), o con llamadas de teleoperadores a las tres de la mañana cuando el posible cliente intenta mantener sexo con una sandía puesta al sol a calentar.
- Compradores que saben que existimos, pero aún no han probado nuestros productos. A estos se les suelen mandar muestras gratuitas (“free samples”) excepto si lo que se venden son servicios funerarios, porque sería una muestra de mal gusto.
- Clientes que compraron productos nuestros, pero luego se pasaron a otras marcas. Para convencer a estos se le manda al becario (“intern” o “trainee”) porque si le pegan una paliza al recordar los daños graves que les produjo nuestro producto, no hace falta pagarle indemnización.
Ejemplo de uso: “Salesmen use various techniques to locate prospects for their products.” (“Los vendedores usan varias técnicas para localizar posibles clientes para sus productos.”)
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