- "Comfort zone" ... ("Zona de
confort”)
Pronunciación: /ˈkʌmfət zəʊn/
La gente somos un poco como los hobbits, nos gusta llevar una vida tranquila sin que venga ningún mago a tocarnos las narices (“to piss us off”) con que tenemos que atravesar Mordor, Cuenca o Albacete para deshacernos de un anillo que si salimos con él a la calle en mi barrio no van a tardar ni cinco segundos en robarnos.
Esa vida tranquila, haciendo lo que se nos da bien, lo que sabemos hacer y lo que no nos causa ningún estrés es una vida dentro de la zona de confort (“comfort zone”), que va referida tanto al mundo del trabajo, como a las relaciones personales, como a lo que son nuestras rutinas diarias en las que nos encontramos a gusto (“to feel at ease”) y en nuestro elemento.
Se dice que es bueno salir de esa zona de confort (“to leave the comfort zone”) y superar nuestros temores porque es fuera de esa zona donde vamos a encontrar el éxito, la novedad, la aventura y todas esas emociones que hacen que la vida valga la pena vivirla. La última vez que seguí este consejo me asaltaron y desperté en la bañera de un motel y con un riñón menos.
Otro concepto que va relacionado con el del “comfort zone” es de las “personal boundaries” (“límites personales”), que son esas fronteras, líneas o reglas sobre el comportamiento que los demás pueden tener con uno mismo, y que si alguien se excede y no las respeta hace que nos sintamos incómodos (“unease”) con esa persona. Por ejemplo: Yo odio las fiestas de cumpleaños, si algún amigo se tomase la libertad de organizarme una fiesta sorpresa estaría poniéndome en una situación incómoda (“awkward”) que podría acabar en que lo borrase de Facebook, lo bloquease en el wassap y que le regalase una tostadora eléctrica para que jugase con ella en la bañera.
Ejemplo de uso: “He stepped outside her comfort zone and spoke with people he didn't know.” (“Salió de su zona de confort y habló con gente que no conocía.”)
Pronunciación: /ˈkʌmfət zəʊn/
La gente somos un poco como los hobbits, nos gusta llevar una vida tranquila sin que venga ningún mago a tocarnos las narices (“to piss us off”) con que tenemos que atravesar Mordor, Cuenca o Albacete para deshacernos de un anillo que si salimos con él a la calle en mi barrio no van a tardar ni cinco segundos en robarnos.
Esa vida tranquila, haciendo lo que se nos da bien, lo que sabemos hacer y lo que no nos causa ningún estrés es una vida dentro de la zona de confort (“comfort zone”), que va referida tanto al mundo del trabajo, como a las relaciones personales, como a lo que son nuestras rutinas diarias en las que nos encontramos a gusto (“to feel at ease”) y en nuestro elemento.
Se dice que es bueno salir de esa zona de confort (“to leave the comfort zone”) y superar nuestros temores porque es fuera de esa zona donde vamos a encontrar el éxito, la novedad, la aventura y todas esas emociones que hacen que la vida valga la pena vivirla. La última vez que seguí este consejo me asaltaron y desperté en la bañera de un motel y con un riñón menos.
Otro concepto que va relacionado con el del “comfort zone” es de las “personal boundaries” (“límites personales”), que son esas fronteras, líneas o reglas sobre el comportamiento que los demás pueden tener con uno mismo, y que si alguien se excede y no las respeta hace que nos sintamos incómodos (“unease”) con esa persona. Por ejemplo: Yo odio las fiestas de cumpleaños, si algún amigo se tomase la libertad de organizarme una fiesta sorpresa estaría poniéndome en una situación incómoda (“awkward”) que podría acabar en que lo borrase de Facebook, lo bloquease en el wassap y que le regalase una tostadora eléctrica para que jugase con ella en la bañera.
Ejemplo de uso: “He stepped outside her comfort zone and spoke with people he didn't know.” (“Salió de su zona de confort y habló con gente que no conocía.”)
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